CRÍTICAS GASTRONÓMICAS
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 RESTAURANTE RODERO

restaurante rodero

info Ficha Técnica.

> Dirección: Emilio Arrieta, 3  31002 – Pamplona (Navarra)Haga Clic para ver el Mapa.
> Teléfono: 948 22 80 35
> Cierra: Domingo, Lunes noche y Semana Santa
>Chef: Koldo Rodero
> Jefa de sala: María Goretti Rodero
> Sumiller: Verónica Rodero
> Precio medio: 69€ menú degustación

Introducción

Pamplona, ciudad de gran estatus, no podía fallarnos en este paso por el buen comer. Otra de las referencias del tapeo en nuestro país, sabe de buena tinta de lo que hablamos cuando pronunciamos dos palabras mágicas, alta cocina. No en vano cuenta en la actualidad con varios estrellas michelín en sus calles. Rodero, pionero en cocina sorprendente y poco ortodoxa lleva deleitando a los amantes del buen comer con sus creaciones lejos de lo tradicional más de 40 años. Prueba de ello, es su estrella Michelín que conserva desde el año 1994 y que lo avalan como una apuesta segura siendo uno de los mejores 20 restaurantes de España.

> Ambiente

Situado en una ubicación privilegiada, en pleno centro pegado a la plaza de toros de Pamplona, su ambiente sorprende desde el primer momento en el que cruzas su señorial puerta color cerezo, custodiada por dos pinos, y pisas el local.
Varios salones, incluyendo los reservados, capaces de albergar a 110 comensales, decorados con una exquisita minuciosidad que dotan al local de una serena elegancia. Paredes y suelos forrados de madera, mesas y sillas en tonos cerezo con los toques florales de calas blancas y los impresionantes espejos tallados en su parte superior y laterales a modo de escudos unido a una serie de estancias a modo de saloncitos o salas de estar con sillones y mesitas bajas, hacen del local un lugar sobrio de decoración eminentemente clásica en el que la elegancia y la simple sofisticación se convierten en una seña de identidad clara de su ambiente.

comedor

> Servicio

familia rodero

Desde hace más de 40 años, el servicio y el equipo humano de Rodero se caracterizan por su trato familiar con grandes dotes de profesionalidad. Desde sus inicios los padres de Koldo Rodero, actual jefe de cocina, Jesús y Verónica, castellano y vasca, se asentaron en Pamplona con el firme propósito de crear un restaurante de calidad. Así lo consiguieron, labor que prosiguió Koldo cambiándolo hacia una trayectoria más innovadora, vanguardista y especial junto con la ayuda de sus dos hermanas Verónica y María como jefa de sala y sumiller respectivamente.
Si la cocina de Rodero es exquisita no lo es menos su servicio. Cuidado, atento, rápido y sobre todo y ante todo profesional con Verónica y María como excepcionales protagonistas del mismo.

> Comida/Carta

Carta que se caracteriza por la cocina de vanguardia y moderna pero siempre con la base de los productos de la huerta y tradición navarra como seña de identidad imprescindible.
Varias son las opciones por las que te puedes decantar cuando visites Rodero, bien comer a la carta que se renueva temporada tras temporada donde destacan varios platos estrella de Koldo que se mantienen como fijos en sus paginas como la liebre royal con foie y trufas o la corona de alcachofas con cigalas, o bien decidirte por alguno de sus menús degustación a través de los que conocerás la cocina de Koldo en mayor profundidad. Si te decantas por esta opción dos son los menús ofrecidos siempre a mesa completa y sin incluir bebida ni IVA:

  • Menú para gustar por 56€ a base de aperitivo, dos entrantes, un pescado, una carne y un postre
  • Menú para degustar por 69€ a base de aperitivo, tres entrantes, un pescado, una carne y dos postres
  • Si lo que pretendes es celebrar alguna comida de negocios o reuniones familiares se ofrecen menús especiales entre los 60€ y 90€.

Mención aparte merece su carta de vinos por su peculiaridad. Una amplia carta lejos de las tradicionales cartas organizadas por zonas de origen del vino. Su carta está organizada por los gustos de la familia, por el tipo de celebración, por el sabor del caldo e incluso hay una parte dedicada a los vinos preferidos para los famosos.

> Precio

Ante semejante elaboración de sus platos, productos de primer orden y cocina exquisita y creativa, los precios no podrían ser ajustados. Sin embargo, para estar hablando de un asentado y reconocido restaurante de la trayectoria del que hablamos con estrella michelín incluida los precios no se antojan desorbitados.
Si optas por comer de menú saldrás con un vino intermedio y agua por 70/75€ con el menú básico y con el menú para degustar por un poquito más, llegando a los 85€. Si te vas a la carta probablemente el precio suba considerablemente pudiendo pagar los 90 o 100€.

> Opinión Olga Campos

Como no podía ser de otro modo la señorial Pamplona debía tener un restaurante de esta categoría. Tras un fin de semana culinario por excelencia y un día más tarde de conocer la cocina de Arzak, aterrizamos en Pamplona. En un día soleado pero de frío aterrador llegamos a Rodero. Recuerdo que me encantó nada más llegar a su entrada el tipo de decoración. Puede que no fuera del estilo que habitualmente me llama la atención, pero su elegancia, sobriedad y estilo tranquilo y cuidado me cautivó desde el momento en el que me estaban cogiendo el abrigo en su entrada.
En el comedor poca gente, apenas tres mesas con unos 12 comensales que hacían poquito ruido. Enseguida se nos acercó a traer la carta Verónica madre, una señora de elegancia innata que con solo verla andar consigue atrapar tu atención. Ya habíamos mirado la web así que enseguida nos decantamos por el menú para degustar del que tomó buena nota la madre de los Rodero que no volvería a atendernos salvo para traernos la cuenta al final. Pronto hizo aparición la atenta, cercana y profesional María que como sumiller nos acercó su carta de vinos y, al ver que no nos decidíamos y tras pedirle consejo, nos recomendó un Mácula de la tierra, un caldo que en los últimos años ha visto como se reconocía su prestigio. Sin duda una muy buena recomendación, un vino que sin ser duro posee un gran cuerpo y un sabor afrutado pero con personalidad.
Antes de comentar lo que probamos os detallo los platos de los que se componía nuestro Menú para Degustar:

El inicio no pudo ser mejor con ese aperitivo de martíni con aceitunas. Era un pequeño vasito de chupito pero ancho con una crema a base de martíni y ralladura de aceitunas verdes por encima. Realmente original, sabroso y sorprendente.
Si pasamos a los tres entrantes, los tres me parecieron estupendos, probablemente fue la parte de la comida con la que más disfruté. La gelatina del cocktail de nécoras y el poco conocido sabor del erizo con esa mezcla dulce de la vainilla con la pimienta y la bergamota me pareció estupenda. La textura de ese cocktail frío similar a una gelatina sin llegar a serlo al 100% me hizo darme cuenta de que efectivamente estábamos ante otro grande, quizás no tan conocido como otros, pero sin duda un maestro de cocina en todos los sentidos. Todavía recuerdo el intenso sabor de las trufas y las setas con velo de oro y el caviar vegetal, similar a un cous cous verde que acompañaba al calderete que a pesar de la alta calidad de su materia prima especialmente de los chipirones me resultó el plato más flojo de los entrantes.
Del bacalao he de deciros que resultada exquisito probarlo con ese toque crujiente que le habían dado más si cabe cuando era un trozo de bacalao de calidad insuperable. Más mérito tiene si la que os habla no soporta los pimientos, a pesar de ello y salvando este dato me pareció un plato que si bien no es tan peculiar ni vanguardista como los anteriores la elaboración crujiente del pescado sobresale por todos los lados.
Llegamos a uno de los platos claves de Koldo y aunque lamento decirlo no me llamó la atención. Me pareció que la liebre a pesar de tener una textura poco habitual no llegaba a los límites esperados. Algo sosa de sabor y gasca. Tras la comida, María nos explicó que llevaba una elaboración muy delicada, y que se maceraba durante días, por eso seguí sin entender como había llamado tan poco mi atención.
Por último, los postres me parecieron magníficos. El picante más que sobresaliente del helado sobre esa olorosa sopa de albahaca y la acidez de la manzana fue una mezcla a la vez sorprendente y agradable. ¿Cómo tanta mezcla, de ácido, dulce y picante puede unirse de un modo tan perfecto? Un primer postre que contrastaba con el dulce y la suavidad del segundo y que aunque quizás no fuera tan impactante era tremendamente bueno con ese toque que le daba el amaretto y el sorbete de salvia. Gran elección la de dos postres tan extremos uno tras otros en el mismo menú. Es la clara muestra de que en la cocina de Koldo cabe todo y ya sea con lo dulce, salado, ácido o amargo este chef se hace a las mil maravillas provocando una sorpresa constante.
Sin embargo hay algo que no puedo dejar de criticar negativamente de mi paso por Rodero y eso son sus cantidades. Después de pasar por nuestra mesa 8 platos no quedé especialmente llena. Son raciones escasas y más si estamos hablando de platos con una materia prima que no llena en exceso. El punto negro de Rodero y algo que en un restaurante de este caché no puede permitirse bajo ningún concepto y que para mí no tiene justificación alguna.
Al final 173,07€ (69 de cada menú, 21 del vino y 2,75€ de medio litro de agua). Precio razonable y al que no hay nada que objetarle salvo el ya mencionado tema de las raciones.

En definitiva, la cocina de Koldo Rodero me sorprendió gratamente. Es una cocina de vanguardia, pero distinta a la de otros, con una personal originalidad en cuanto a texturas y aromas y ahí radica su espíritu innovador. Su uso de ingredientes como la albahaca o el cilantro, esa mezcla de dulces con salados o picantes dotan a sus platos de unos sabores sutiles lejos de parecerse a otros maestros. Platos que cada vez que metes un bocado en tu boca logras apreciarle un sabor diferente o descubrir el sabor de algún otro ingrediente. Sabores innovadores, platos llenos de bocados sofisticados pero serenos en los que  la sutileza se convierte en la clave de su cocina.

>Opinión Javier Rioja

Bajo un entorno de unas instalaciones impecables, me hizo gracia la carta de vinos, para los que están hartos de elegir siempre el mismo vino o para los indecisos, la carta empieza con los vinos “de aquí” de Navarra, pasando por vinos de varias zonas y terminando por los famosos como el de Imanol Arias, completando la probablemente mejor carta de vinos que haya visto por su buena estructura. Otro buen detalle fueron los precios, tanto de vinos como de la carta nada desorbitados.

Bajo una música de fondo que por suerte pasaba desapercibida, nos dieron una pequeña carta escrita antes de empezar a sacar los platos del menú para degustar que pedimos (69€ por cabeza). Buen detalle de los grandes restaurantes, más si cabe si es al principio, para saber lo que estás comiendo sin depender de un camarero.

Y llegó el aperitivo, una espectacular gelatina de martini con aceitunas, dejando ver que nos encontrábamos en un restaurante con una cocina muy original y depurada.

Ocurrió lo mismo con el cocktail de erizo y nécora y los chipirones del siguiente plato me parecieron perfectos, sobresalientes.

No me gusta mucho el bacalao, pero el que pude comer en el Rodero también puedo decir que lo noté perfecto acompañado del llamado relleno con manteca de cerdo y arroz.

bacalao

El siguiente plato se notaba que era un clásico porque no tenía nada que ver con la actual cocina de Koldo, una liebre que apareció en escena tras 36 horas de cocción deshaciéndose en la boca, un excelente plato muy clásico y bien elaborado de caza.

Quedaban los postres, empezando por un helado con un toque perfecto de picante acompañando muy bien como durante toda la comida los acompañamientos, como en este caso la sopa de albahaca. Y por último el broche lo puso un toffé de amaretto para redondear una comida de gran calidad.

Pero tras terminar de comer todo esto no terminé contento por una única razón, y es que tras probar todos estos platos parece mentira que terminara la comida con hambre, y cuando comes tantas cosas (y pagas tanto) es difícil y menos comprensible, ya que las raciones eran más bien pequeñas y es un fallo tremendamente grave tras pagar 173€ con un vino de 21€.

Fue lo único que enturbió una comida en donde tanto el local como el servicio acompañó a una excelente forma de realizar los platos. Es de valorar también que no hayan perdido la estrella Michelín desde el año 1994, dentro de una ciudad (Pamplona) que al igual que Zaragoza, no dejan de ser clásicas para restaurantes de estas características y donde su clientela va siendo cada vez más joven.

Un restaurante en donde todo queda en familia destacando la simpatía de Goretti, con la cuál estuvimos charlando sobre recomendaciones culinarias de la ciudad, un 10 para ella y para Koldo, aunque fue una pena las cantidades. Rodero, el restaurante más moderno de Pamplona donde difícilmente saldrás defraudado, muy recomendable.

mesa rodero

Instalaciones: 8,8 (8,8)
Servicio: 9,3 (9,3)
Calidad: 8,6 (8,6)
Precio: 6,8 (6,8)
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i | Más info:
Web oficial: http://www.restauranterodero.com/
› Documento creado en Octubre del 2009
Por Olga Campos y Javier Rioja

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Javier Rioja © 2006-2022

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